Serie Monstrous - Lily Mayne


#1


Hace veinte años, los monstruos se alzaron sobre la tierra e iniciaron una nueva era de civilización.

Una en el que los humanos viven en ciudades controladas por los militares, estrechas y sucias, a lo largo de las costas, y la mayor parte de los Estados Unidos se conoce como los Páramos. Un lugar sin ley, desolado y peligroso, repleto de monstruos que han reclamado la tierra para sí.

Incluyendo a Wyn el Devorador de Almas.

Aparece cada tres años, abriéndose paso por el país y masacrando a humanos al azar, chupándolos hasta que no son más que cáscaras.

Sólo llevo seis meses en el ejército, pero ahora formo parte de una unidad encargada de intentar detenerlo y capturarlo. Y cuando soy el único soldado de entre cientos que el Devorador de Almas deja con vida, me doy cuenta de que... algo en mí le ha intrigado.

¿Pero qué es? ¿Qué puede haber hecho un chico de veintitrés años del sur, sin nadie ni nada en el mundo, para captar la atención de un monstruo que es la muerte con cuernos, las puntas de los dedos ennegrecidas y un rostro oculto en las oscuras profundidades de su capucha?

#2


Era sólo un niño cuando los monstruos se alzaron sobre la tierra, obligando a los humanos a huir a las costas y a vivir en ciudades estrechas, sucias y controladas por los militares. Me alisté en cuanto pude para escapar.

Ahora, llevo doce años en el ejército y tengo las cicatrices -y las partes del cuerpo que me faltan- para demostrarlo. Como soldado curtido que ha pasado una buena cantidad de tiempo en los Páramos, el peligroso lugar donde los monstruos vagan libremente, no creía que nada pudiera sorprenderme.

Pero entonces las circunstancias me obligaron a juntarme con un enorme y molesto monstruo púrpura, arrogante y mandón, que me presiona en todos los sentidos. Necesito su ayuda, y odio necesitar la ayuda de nadie. Pero cuanto más tiempo paso con él, más me doy cuenta de que quizás hay algo más de él que necesito. Y que él puede necesitar cosas de mí también.

Pero sigo siendo un soldado. Todavía tengo responsabilidades. No importa lo que sienta por Edin, porque no podemos estar juntos. Es demasiado peligroso.

Sin embargo, eso no me impide quererlo.





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